HIDRATACIÓN vs LESIONES DE ESPALDA

Cerca de las 3/4 partes de nuestro cuerpo está formado por agua. Porcentaje muy importante como para prestarle un poco de nuestra atención a hidratarse correctamente.

Una lesión muy frecuente por mala hidratación, entre otros factores, son las lesiones discales.

Un poco de anatomía:
* Los discos son cerca del 90% agua.

* Están formados por dos partes; una interna o núcleo pulposo, y otra parte externa o anillo fibroso que rodea a la parte interna. Este anillo es muy denso y fuerte que mantiene la integridad del núcleo.

* La función de los discos es la de proteger la médula espinal y absorber los impactos que sufre el cuerpo.

Cuando hacemos ejercicio, como caminar, correr... o recibimos un traumatismo, el cuerpo absorbe ese impacto y lo va redistribuyendo por diferentes partes del cuerpo. Cuando esta fuerza llega a los discos, éstos modifican su estructura para mantener su integridad. Es decir, el núcleo pulposo funciona como una gelatina al aplastarla: aumentan su diámetro y disminuyen el grosor. De esta manera absorbe el impacto sin lesionarse.  A continuación, el anillo fibroso se tensa para mantener la integridad del núcleo pulposo. Además, redistribuye este impacto hacia las estructuras vecinas (músculos, ligamentos y fascia).

También hay que tener en cuenta de que si un disco está menos hidratado de lo que debería, la parte gelatinosa no podrá absorber bien los impactos que le llegan, provocando que el anillo fibroso deba hacer frente a una mayor tensión de lo que debería. En este caso, a la larga, el anillo fibroso se verá lesionado.

Siendo así, si el anillo fibroso no está en condiciones óptimas, tendrá una zona debilitada por donde el núcleo pulposo salga, dando lugar a una protusión o hernia discal.

Las hernias discales son frecuentes y pueden ser indoloras y reabsorberse pero cuando en su salida rozan al nervio o presionan alguna estructura es cuando se desencadena el dolor y comienzan las incapacidades para realizar la vida de manera normal.

Aparte de las hernias, hay que tener en cuenta que dicha deshidratación provocará una disminución del grosor del núcleo pulposo, lo que nos llevará a un roce prematuro de las carillas articulares de las vértebras, dando lugar a la artrosis.

En conclusión, es evidente la necesidad de nuestro cuerpo de mantenerlo hidratado para que esté sano. 
Para hidratarlo correctamente debemos beber un trago de agua, más o menos, cada 20 minutos. En el caso de beber un vaso “de trago” el agua restante no hidrataraá pero irá a limpiar el riñón, también importante.

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